lunes, 29 de octubre de 2012

Novela Erótica: “Cincuenta Sombras de Grey”



Admitamos que la Trilogía de J.L. James, ha hecho furor entre las mujeres. ¿Cómo? ¿Aún no las has leído? ¡A qué esperas!

La primera vez que una de mis colegas de profesión (sexóloga como yo), me recomendó “Cincuenta Sombras de Grey”, me resumió en unas pocas palabras su argumento: “Chica joven, inexperta, universitaria despistada, va a caer en manos de “tío bueno”, multimillonario y….sadomasoquista”. Resumen que consiguió provocarme.

Como mujer que soy, antes que profesional, salí corriendo como alma que lleva el diablo, a apoderarme lo antes posible de tal excitante trilogía. Era tan ciega mi confianza, que no esperé a probar con el primer volumen, me hice con los tres de golpe, ante el pánico de que se agotara y el peligro de quedarme a “medias”.

Para mi grata sorpresa, con la compra de los libros recibí un regalo, un precioso “No Molesten”, de un suave y sugerente terciopelo negro, grabado con letras doradas que exponían un mensaje:

“No molesten. Estoy leyendo Cincuenta Sombras de Grey”, le di la vuelta y:

“No molesten. Acabo de leer Cincuenta Sombras de Grey”

Mensaje cifrado: ¡Te lo puedes pasar en grande!

Vaya, esto promete…

Increíble, en tres días me había devorado el primer volumen, claro que yo leo muy rápido… o ¿no?...
Por suerte, el segundo estaba en mi poder,  y el tercero, en definitiva me sentía una afortunada.

¿Qué si me lo pasé en grande? Por descontado.

Comencé a difundir mi descubrimiento con mis conocidas, amigas y familiares féminas, entonces me di cuenta:

“No eres tan rápida leyendo”

¡Ellas devoraban el libro igual que yo! Y se perseguían y acosaban unas a otras para acceder al siguiente volumen. Que si, “¿Ya has acabado?”, que si, “¿Te queda mucho?”

¡Con éste estrés, no hay quién disfrute de una calmada y relajante lectura!

Claro que Cincuenta Sombras de Grey, es todo menos calma.

Fue tal el revuelo entre mis conocidas, que comencé a observar sus miradas mientras hablaban del libro, la excitación en la voz, el nerviosismo en la piel, y otras muchas reacciones.

¿Qué les está pasando?

Así que surgió mi yo profesional, ¡Qué le voy a hacer!, en ocasiones no puedo evitarlo.

Empecé a mirarme la novela desde otra perspectiva, llegando a la siguiente conclusión: Me niego a quedarme con el simple concepto de: “Típica y tópica novela de historia de amor romántico-erótica” Con sencillo argumento de chica mona, consigue enamorar a chico problemático, hasta conseguir curarlo. Otra vez la mujer salvadora del hombre descarriado. Me niego a catalogar la trilogía como “Novela para mujeres”.

Pero, entonces, ¿qué le estamos viendo las mujeres a esta trilogía? ¿qué le estamos pidiendo las mujeres al sexo?. Seguidamente a estas cuestiones comenzó por mi mente un baile de palabras:

“Deseo-Fantasía”, “Fantasía-Deseo”,
“Si fantaseo, juego”, “Si juego, fantaseo”,
“Si juego y fantaseo, alimento mi deseo”,
“Si alimento mi deseo, incremento mi excitación”,
“Si alimento mi deseo y mi excitación, disfruto con mi relación”,
“Si juegas y fantaseas conmigo, disfrutaremos los dos”

Ahora sí, apartemos de un plumazo la historia de amor, quedémonos con el sexo y el erotismo. ¿Qué veis?

Yo veo juego; juego y fantasía constante entre ambos. El libro  maneja en cada detalle y descripción sexual, una potente herramienta: la expectación, es decir, crear en la otra persona expectativa. Para conseguirlo, hace uso de los mensajes de email, de la incertidumbre, cada vez que la protagonista tiene que enfrentarse al efecto sorpresa de: Qué va a ser, esta vez.

Juego, innovación, experimentación, diversión, sorpresa, son fuentes inagotables de placer y satisfacción.

¡Ah, claro, claro! Esto requiere esfuerzo. ¡Por supuesto! Lo que me encaja, en aquello que repito a mis pacientes hasta la saciedad, el deseo  hay que alimentarlo, el deseo hay que crearlo, desde el minuto cero. Si no, corremos el habitual riesgo de, llegar a casa después de un agotador día de trabajo, asumir cenas, baños de niños, luchas para acostarlos, y a las once o más de la noche, ¡tengo que sentir deseo! ¡Complicado, muy complicado!

Señores y señoras, preparemos el terreno, desde que nos levantamos esta mañana, y entre las prisas te lanzo una mirada y tú me lanzas una mirada, acordémonos de que hoy día, bastan unos segundos para enviarnos un mensaje sugerente, o hacernos una llamada inquietante. Asumamos el compromiso de dedicarnos cinco minutos para pensar que hoy te voy a sorprender, y estoy dispuesto o dispuesta a que me sorprendas. Robemos tiempo al tiempo que no tenemos, para disfrutar de un momento íntimo.

En definitiva, este no es un libro para mujeres, este es un libro para que hombres y mujeres juguemos y fantaseemos.


Carme Ramajo
Psicóloga y Sexóloga
y… Mujer
-->

jueves, 18 de octubre de 2012

Mitos y tabus en la relación sexual



¿Sabemos lo que tenemos que saber sobre sexo?

Si preguntásemos a nuestro alrededor, muchos afirmarían que hoy día en pleno siglo XXI, tenemos mucha información sobre el sexo, o que hoy, los jóvenes si que tienen información, “hoy día se sabe todo lo que hay que saber”.

Es cierto, que a finales del siglo XX podemos decir que se dio un considerable avance cualitativo respecto a cómo es tratado el tema del sexo, en comparación con tiempos pasados.

Se ha investigado algo más, se ha revolucionado la sexualidad femenina, se habla de sexo en la educación, ¿pero es suficiente?, ¿hemos roto con los tabús?.

Mi práctica profesional me hace tender a afirmar que no. Que son muchas las personas que siguen viviendo su sexualidad con miedo, con creencias erróneas, en algunos casos culturales y sociales, y en otros desarrolladas por nosotros mismos, que creen en mitos y tabús que condicionan la satisfacción en sus relaciones sexuales, y por lo tanto también su satisfacción con ellos mismos.

¿Quién nos habla de sexo?

- Los padres: continúa siendo un tema difícil de tratar, cómo se lo digo, qué le digo, a qué edad es la más apropiada. En algunos casos, hay vergüenza, en otros miedo, incomodidad, mala información,
“qué le puedo explicar a mi hijo, si yo mismo no sé muy bien……..”
   
Algunos padres más liberales, suelen hablar con sus hijos del embarazo, de cómo hacer para protegerse en las relaciones sexuales, pero lo cierto es que la información suele ser limitada en muchos casos.

La mayoría temblamos cuando nuestro hijo nos hace ciertas preguntas como: “mamá si los bebés están la barriga, cómo han llegado hasta ahí”, o “papá que es una vagina”, o “cómo se hace el amor” etc….

- En la escuela: se habla de sexo, en muchos casos nos volvemos a limitar a la biología y a la reproducción. Sobre todo, porque aún nos cuesta  hablar de ciertos conceptos, y porque algunos grupos sociales presionan en la educación.

- Los amigos: ¿realmente hablamos en serio de sexo con los amigos?, o lo frecuente es que el sexo en una conversación de amigos sea objeto de broma, chistes y escondemos nuestras dudas, “cómo le voy a decir que no tengo ni idea de...”

La realidad es que la información que tenemos dista mucho de ser una información detallada y seria sobre conceptos como: la masturbación, o de cómo siente un hombre y como siente una mujer, o de conceptos como el placer, la satisfacción sexual, lo que desconozco de mi mismo y lo que desconozco del otro sexo.

Algunos de los Mitos más frecuentes:

“No existe una verdadera relación sexual sin coíto”


Esta es una creencia frecuente, que por un lado está ignorando la totalidad del encuentro sexual, reduciendo la relación sexual a la penetración, y obviando el placer y la satisfacción de las sensaciones que se experimentan en el resto del contacto físico y afectivo.

Si respondemos a esta creencia, imaginemos cómo se siente un hombre o una mujer en cuya relación sexual no se haya completado con la penetración, a pesar de que el resto del encuentro sexual haya sido placentero y cómo esta situación puede condicionarnos en futuros encuentros sexuales, dando lugar a un estado de ansiedad y autoexigencia que no va a favorecer el acto sexual.

“Los hombres son expertos en sexo y deben guiarnos”

Se puede perdonar que una mujer no sepa, incluso en algunas grupos sociales aún hoy día se valora, pero que no sepa un hombre...

Tengamos presente que ambos sexos somos “víctimas” de una educación sexual restrictiva, y llena de prejuicios y falsas creencias. Además solemos pensar que el sexo no se aprende, por lo que si respondemos a esta creencia lo más habitual será que ni siquiera nos molestemos en aprender, en comunicarnos, ni en pedir, ni siquiera en preguntar.

Orgasmos vaginales y orgasmos clitoriedenanos:


Existen muchísimos mitos sobre el orgasmo, tantos que pueden ser tratados más extensamente en otro artículo. Pero éste, es uno de los que más incide en la satisfacción de muchas mujeres, considerándose mujeres de segunda o de primera en función de cómo lleguen al orgasmo. Cuando lo cierto es que esta distinción no se corresponde con la realidad.

Algunos de estos mitos entre otros, son importantes condicionantes a la hora de poder disfrutar de una sexualidad placentera. La voluntad de informarnos, de aprender y experimentar sobre nuestra sexualidad, nos permitirá distanciarnos de ellos y lograr la satisfacción en nuestras relaciones sexuales.